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Aula invertida; estrategia del siglo XXI
Nuestro sistema educativo se ha visto envuelto de varias herramientas y metodologías que en su mayoría has resultado relevantes, sin embargo, los resultados como tal no han sido del todo satisfactorios. El aula invertida según Escudero A. (2025) indica que "consiste en asignar a los estudiantes materiales y contenidos adicionales para revisar fuera de clase" (Escudero A. 2025. El aula invertida como estrategia educativa y sanitaria) Tomando en cuenta que la modalidad presencial casi no es un factor que pueda o no alterar el ritmo de estudio, es decir con un monitoreo y guía de los alumnos, ellos pueden desarrollar habilidades que los lleve a cumplir sus objetivos académicos. Este método de clases no es algo que puede servir para todos, ya que las inteligencias múltiples nos han enseñado que la enseñanza debe ser uno a uno y si en todo caso no se puede lo más personalizado posible. Las herramientas son solo el medio para generar conocimiento.
Para Cedeño R y Vigueras J (2020) en su estudio de Aula invertida cuna estrategia motivadora de enseñanza para estudiantes de EGB, concluyen que:
La estrategia estudiada presenta ventajas como el ahorro de tiempo empleado en clases, protagonismo del estudiante incorporando sus intereses y necesidades, fomenta el trabajo colaborativo y el desarrollo de talentos individuales, las desventajas están asociadas a la carencia de equipos e instalaciones adecuadas, debilidades en las técnicas de comunicación por parte del docente requiriendo mayor tiempo de este y esfuerzo del estudiante (Cedeño & Vigueras, 2020)
Debemos aprender que las estrategias como tal son ayudas, el conocimiento lo generan los estudiantes por eso el nombre de AULA INVERTIDA el docente es la audiencia el estudiante el actor de su propio conocimiento.
Gracias por tu reflexión tan completa. Estoy de acuerdo en que las estrategias como el aula invertida no son soluciones universales, pero sí pueden fortalecer el aprendizaje autónomo cuando se aplican con intención pedagógica y acompañamiento adecuado.
Es cierto que los estudiantes aprenden de formas distintas, y el aula invertida permite cierto grado de personalización, siempre que el docente actúe como guía activo, no solo como audiencia. También comparto la idea de que sin acceso a tecnología o sin preparación docente en comunicación digital, se vuelve una barrera más que una solución.
Lo valioso, como mencionas, es recordar que las herramientas no reemplazan la pedagogía: son medios, y el objetivo sigue siendo formar estudiantes críticos, autónomos y protagonistas de su aprendizaje.
Comparto la idea de que las metodologías innovadoras como el aula invertida aportan beneficios importantes, como el protagonismo del estudiante y la flexibilidad en el aprendizaje. Sin embargo, coincido en que estas estrategias no son una solución única ni universal. La diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje, evidenciada por las inteligencias múltiples, nos invita a buscar un equilibrio entre la personalización y el uso de tecnologías. Además, la falta de infraestructura adecuada y la capacitación docente son desafíos reales que limitan el potencial de estas metodologías. Por ello, creo que más allá de implementar herramientas o modelos específicos, es fundamental enfocarnos en diseñar experiencias educativas inclusivas y adaptativas que consideren el contexto, los recursos disponibles y las características particulares de cada estudiante.