El trabajo y aprendizaje basado en la comunidad es una estrategia educativa que vincula directamente a los estudiantes con su entorno social, promoviendo la construcción de conocimientos a partir de la interacción con problemas reales y contextos locales. Este enfoque combina el aprendizaje académico con la acción comunitaria, lo que fortalece tanto el compromiso social como el desarrollo de competencias transversales como la empatía, la colaboración y el pensamiento crítico.

 Ejemplo práctico: En un proyecto interdisciplinario, estudiantes de distintas áreas pueden trabajar junto a líderes comunitarios para diseñar soluciones sostenibles a problemas locales, como el manejo de residuos o la promoción de la salud. El uso de herramientas digitales (como formularios en línea, mapas colaborativos o podcasts comunitarios) permite que el aprendizaje ocurra en cualquier lugar, en conexión constante con la realidad.

El aprendizaje ubicuo potencia este enfoque al permitir que los estudiantes documenten, reflexionen y compartan sus experiencias desde el campo o el barrio, con el apoyo de tecnologías móviles. De esta manera, se derriban los muros del aula y se construyen puentes entre el conocimiento académico y la vida real.