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El diálogo socrático como motor de inteligencia colaborativa
En el marco de la inteligencia colaborativa, quiero compartir una reflexión sobre un concepto que, aunque clásico, resulta muy actual en contextos de e-learning: el diálogo socrático.
El diálogo socrático es una metodología basada en la mayéutica de Sócrates, que consiste en formular preguntas estratégicas para guiar a los participantes a examinar sus creencias, argumentar con rigor y construir nuevos significados en comunidad. En lugar de transmitir conocimientos de forma unidireccional, el diálogo socrático convierte a docentes y estudiantes en co-investigadores.
Este enfoque potencia la inteligencia colaborativa, porque obliga a escuchar activamente, contrastar ideas, identificar supuestos y profundizar colectivamente en un tema. En entornos virtuales, el diálogo socrático cobra fuerza gracias a foros, chats guiados o debates sincrónicos bien moderados, que amplían las voces y diversifican perspectivas.
Ejemplo en la práctica:
Un ejemplo concreto es el uso de foros socráticos en MOOCs. El docente plantea una pregunta detonante, como: ¿Hasta qué punto la inteligencia artificial puede sustituir la labor docente? Los participantes responden, argumentan, citan evidencia y contraargumentan a sus compañeros. El rol del moderador es clave: devolver preguntas, reformular, retar supuestos y resumir puntos clave para avanzar.
Para enriquecer la experiencia, se pueden usar herramientas de debate estructurado como Kialo, o salas de videoconferencia para diálogos socráticos en tiempo real.
Referencia recomendada:
Paul, R., & Elder, L. (2006). The Socratic Questioning. Foundation for Critical Thinking. https://www.criticalthinking.org/pages/socratic-teaching/606
El diálogo socrático es una herramienta poderosa para transformar el aprendizaje pasivo en una experiencia colaborativa y reflexiva. Su enfoque en preguntas estratégicas en lugar de respuestas prefijadas fomenta no solo el pensamiento crítico, sino también la construcción colectiva de conocimiento.
En entornos digitales, su potencial se amplifica: plataformas como Kialo o debates en foros de MOOCs (como mencionas) permiten estructurar discusiones multicapa, donde cada intervención enriquece el análisis. Un aspecto clave es el rol del moderador/facilitador, quien debe equilibrar la apertura con la profundidad, evitando que la conversación derive en divagaciones.
¿Cómo podríamos adaptar el diálogo socrático a espacios más informales, como redes sociales o microlearning (ej.: hilos en Twitter), donde el tiempo y la atención son limitados?