El concepto de significado multimodal se refiere a la manera en que las personas comunican, interpretan y construyen conocimiento utilizando múltiples modos de representación, como el lenguaje verbal, las imágenes, el sonido, el movimiento, los gestos, los colores, los espacios y las tecnologías digitales. En el contexto educativo, el enfoque multimodal reconoce que el aprendizaje no se produce únicamente a través de la lectura y la escritura, sino también mediante experiencias visuales, audiovisuales, kinestésicas y digitales.

Este enfoque está alineado con la teoría del multimodalismo propuesta por el Grupo de Nueva Londres (New London Group, 1996), que introduce el concepto de multiliteracidad, entendida como la capacidad de interpretar y producir significados utilizando diversos lenguajes y medios. En la actualidad, el uso de medios digitales y tecnologías interactivas ha ampliado las posibilidades de enseñanza y aprendizaje, permitiendo que los estudiantes accedan a contenidos a través de representaciones visuales, sonoras, animadas y virtuales que enriquecen la comprensión y facilitan la conexión con distintos estilos de aprendizaje.

Ejemplo práctico: Aprendizaje por video

Un ejemplo claro del uso de significado multimodal es el aprendizaje por video. En una clase de Historia, por ejemplo, en lugar de leer únicamente sobre la Revolución Francesa, los estudiantes pueden ver un documental interactivo que combine narración, entrevistas, gráficos animados y dramatizaciones. Este recurso no solo capta la atención de los estudiantes, sino que estimula múltiples canales de procesamiento cognitivo, lo que favorece una comprensión más profunda y significativa.

Recursos recomendados:

Kress, G. (2010). Multimodality: A Social Semiotic Approach to Contemporary Communication.
New London Group. (1996). A pedagogy of multiliteracies: Designing social futures. Harvard Educational Review, 66(1), 60–92.

El significado multimodal transforma la enseñanza tradicional al permitir experiencias de aprendizaje más dinámicas, inclusivas y contextualizadas, acordes a la forma en que los estudiantes del siglo XXI interactúan con el mundo. Implementar este enfoque en el aula no solo mejora la comprensión, sino que también potencia la creatividad y la expresión en múltiples lenguajes.