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De consumidores a prosumidores: un cambio activo en el aprendizaje digital
En la era digital, uno de los cambios más significativos en el aprendizaje es el paso de ser consumidores de información a convertirnos en prosumidores (productores + consumidores). Este concepto, tomado de la economía digital, encuentra en la educación una nueva dimensión activa: los estudiantes ya no solo reciben contenido, sino que lo crean, lo modifican y lo comparten. En este sentido, se transforman en agentes activos del conocimiento.
En el contexto educativo, ser prosumidor implica que el estudiante no solo estudia contenidos, sino que los produce con sentido crítico y creativo. Un claro ejemplo de esto puede verse en el uso de blogs, videos educativos en TikTok o YouTube, podcasts escolares, infografías en Canva, entre otros. En todos estos formatos, los estudiantes transforman lo aprendido en productos comunicables que contribuyen al aprendizaje colectivo.
Por ejemplo, un grupo de estudiantes de secundaria puede investigar un tema de literatura latinoamericana y, en lugar de entregar un informe tradicional, crear una serie de podcasts donde entrevistan a docentes, dramatizan textos o comparten análisis críticos. Este producto puede ser compartido con otros cursos, comunidades educativas o incluso en plataformas abiertas. Así, no solo aprenden, sino que enseñan a otros.
Esta forma de aprendizaje desarrolla competencias clave del siglo XXI: pensamiento crítico, comunicación, creatividad y colaboración. Además, estimula la motivación y la apropiación del conocimiento.
Como señala Henry Jenkins (2009), uno de los teóricos del prosumo en la cultura participativa:
“El aprendizaje ocurre más allá del aula, cuando las personas producen, distribuyen y comentan contenido en red.”
📌 Referencia:
Jenkins, H. (2009). Confronting the Challenges of Participatory Culture: Media Education for the 21st Century. PDF disponible
Gracias por compartir tu reflexión sobre el cambio de consumidores a prosumidores en el aprendizaje digital. Coincido plenamente con tu perspectiva de que este cambio transforma a los estudiantes en agentes activos del conocimiento, promoviendo una educación más participativa y colaborativa.
El concepto de prosumidor, como mencionas, implica que los estudiantes no solo consumen información, sino que también la crean, modifican y comparten, utilizando diversas plataformas digitales como blogs, redes sociales y podcasts. Este enfoque fomenta el desarrollo de competencias clave del siglo XXI, como el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración.
Además, investigaciones indican que los estudiantes que participan activamente en la creación de contenido educativo muestran una mayor motivación y aprecio por su aprendizaje, en comparación con aquellos que solo consumen contenido de manera pasiva. Por ejemplo, un estudio realizado con estudiantes de ingeniería en una universidad europea reveló que aquellos que actuaron como prosumidores en la creación de recursos audiovisuales educativos tuvieron una experiencia de aprendizaje más enriquecedora y significativa .
Este enfoque también está alineado con el concepto de aprendizaje conectado propuesto por Henry Jenkins, que destaca la importancia de que los estudiantes participen activamente en la creación y distribución de contenido en red, trascendiendo las fronteras del aula tradicional .
En resumen, el paso de consumidores a prosumidores en el aprendizaje digital representa una evolución significativa hacia una educación más dinámica, inclusiva y centrada en el estudiante, donde la creación y el intercambio de conocimiento se convierten en procesos colaborativos y enriquecedores para todos los involucrados.
Me parece excelente su comentario
Excelente reflexión sobre el paso de consumidores a prosumidores. Creo que rescatar la producción de contenidos como forma de aprendizaje es clave para formar ciudadanos digitales activos. Me pareció muy potente el ejemplo del podcast sobre literatura: demuestra que el conocimiento no solo se transmite, sino que se reinventa desde las voces juveniles. Tal vez sería interesante pensar cómo evaluar estos productos de manera formativa, valorando el proceso creativo tanto como el resultado final.