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Retroalimentación recursiva: una nueva forma de evaluar el aprendizaje
La retroalimentación recursiva es un modelo de evaluación que va más allá de la prueba final. En lugar de medir solo lo que el estudiante recuerda, ofrece ciclos continuos de retroalimentación durante el proceso de aprendizaje. Así, el estudiante recibe comentarios frecuentes de diversas fuentes: autoevaluación, evaluación entre pares, docentes y máquinas, lo que le permite mejorar su trabajo de forma constante.
Un buen ejemplo es la revisión por pares en plataformas digitales como Peergrade, donde los estudiantes comparten borradores, evalúan según criterios claros y dan sugerencias para mejorar. Luego, cada estudiante revisa su trabajo y puede hacer una autoevaluación. Este proceso no solo mejora el producto final, sino que también desarrolla habilidades críticas y reflexivas, además de distribuir la evaluación entre todos los participantes.
La retroalimentación recursiva fomenta un aprendizaje activo y profundo, apoyado por tecnologías que facilitan el diálogo y la mejora continua.
Tu aporte sobre la retroalimentación recursiva es sumamente pertinente y enriquecedor dentro de los enfoques actuales de evaluación formativa. Destacar el valor de los ciclos continuos de retroalimentación —más allá de la calificación final— subraya la importancia de ver la evaluación como un proceso de aprendizaje en sí mismo, no solo como una medición. Además, el uso de plataformas como Peergrade es un gran ejemplo práctico de cómo la tecnología puede fomentar la autorregulación, la reflexión crítica y el compromiso entre pares. Este modelo promueve la co-construcción del conocimiento y refuerza la idea de que la evaluación puede ser formativa, dialógica y participativa, alineada con las ecologías del aprendizaje del siglo XXI. ¡Muy bien planteado!