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Multiliteratura
La idea de la multiliteracidad emerge como una forma de encarar los cambios sociales, tecnológicos y culturales que definen este siglo XXI. El Grupo de Nueva Londres (New London Group) la introdujo allá por 1996, proponiendo una perspectiva más integradora y dinámica de lo que significa saber leer y escribir, que incorpora la diversidad lingüística, cultural y las variadas formas de comunicación que tenemos hoy en día (New London Group, 1996).
A diferencia de la alfabetización tradicional, que se centraba en la lectura y escritura lineal de textos impresos, la multiliteracidad reconoce que hoy el saber se construye y se transmite a través de múltiples vías: texto, imagen, sonido, diseño gráfico, video, gestos y espacio. Este enfoque también le da importancia al contexto cultural y social de quien lee o crea significado, permitiendo así una interpretación crítica y flexible del contenido (Kalantzis & Cope, 2012).
Un caso práctico
Un claro ejemplo del uso de las multiliteracidades es el diseño de presentaciones interactivas o relatos digitales, que combinan texto escrito, videos explicativos, mapas conceptuales y animaciones. Herramientas como Genially, Canva, Adobe Express o Powtoon les facilitan a los estudiantes la creación de productos comunicativos complejos, donde el contenido se interpreta no solo por lo que dice el texto, sino también por cómo está organizado visualmente, qué sonidos lo acompañan y cuál es su intención comunicativa.
Este tipo de actividades fomentan el desarrollo de habilidades clave en la educación actual, tales como el pensamiento crítico, la comunicación multimodal, la creatividad y la colaboración digital.
Su peso en el e-learning
En los entornos virtuales de aprendizaje, la multiliteracidad es esencial para asegurar la inclusión y la igualdad, ya que brinda múltiples rutas para acceder al conocimiento y expresar lo que se ha aprendido. Además, permite cubrir distintos estilos de aprendizaje (visual, auditivo, kinestésico) y fortalece el papel activo del estudiante al convertirlo en diseñador de significado, no solo en un receptor pasivo de contenido.
Tal como señalan Kalantzis y Cope (2012):
“Las multiliteracidades preparan a los estudiantes para desenvolverse en un mundo donde los significados se diseñan en contextos diversos, utilizando una variedad de recursos comunicativos. ”
Referencias comprobadas:
- New London Group. (1996). A pedagogy of multiliteracies: Designing social futures. Harvard Educational Review, 66(1), 60–92.
- Kalantzis, M., & Cope, B. (2012). Literacies. Cambridge University Press. ISBN: 9780521172240
- Cope, B., & Kalantzis, M. (2017). E-learning Ecologies: Principles for New Learning and Assessment. Routledge.
- https://wida.wisc.edu/sites/default/files/resource/FocusBulletin-Multiliteracies-ESPANOL.pdf
Fuente: Wikimedia Commons
Genially: Plataforma de diseño interactivo
Creo que la multiliteracidad es un enfoque clave para afrontar los retos educativos de la era digital. Como bien se menciona, este concepto va más allá de la alfabetización tradicional y se adapta a las múltiples formas de comunicación que existen hoy, como imágenes, sonidos, videos y gestos. Esto es crucial, ya que nuestros estudiantes ya no se enfrentan únicamente a textos escritos, sino que interactúan constantemente con contenido multimodal en su vida cotidiana. Las herramientas digitales como Genially o Canva permiten que los estudiantes no solo consuman, sino que creen y diseñen significados, lo que les da un control activo sobre su aprendizaje.
Además, me parece muy importante que la multiliteracidad también considere el contexto cultural y social, lo que les da a los estudiantes una perspectiva más crítica y flexible del contenido que consumen y crean. Sin embargo, un reto que veo es cómo garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto, tengan acceso a estas herramientas y puedan utilizarlas de manera efectiva. Aún así, el enfoque parece indispensable para preparar a los estudiantes para el mundo digital en el que vivimos.
¡Excelente síntesis sobre multiliteracidad!
Me sumo destacando cómo este enfoque no solo redefine la forma de producir y leer significados, sino que también transforma la retroalimentación en ambientes virtuales.
Una de las claves es que la multiliteracidad, al combinar textos, imágenes, sonidos y elementos interactivos, exige que la retroalimentación vaya más allá de la corrección de errores ortográficos o conceptuales. La retroalimentación se vuelve multimodal, es decir, aprovecha canales diversos: comentarios escritos, anotaciones gráficas, retroalimentación en video o incluso grabaciones de voz que guían al estudiante en la mejora de sus diseños comunicativos.