e-Learning Ecologies MOOC’s Updates
Retroalimentación recursiva
La retroalimentación recursiva es un proceso continuo, formativo y cíclico mediante el cual el docente y el estudiante intercambian información sobre el desempeño con el objetivo de mejorar de manera progresiva el aprendizaje. A diferencia de la retroalimentación puntual o sumativa, que ocurre al final de una tarea, la recursiva se da durante todo el proceso, permitiendo revisar, ajustar, volver a intentar y perfeccionar el trabajo o el conocimiento.
Este tipo de retroalimentación promueve la reflexión constante, la autoevaluación, el aprendizaje por medio del error y el desarrollo de habilidades metacognitivas. Es clave para fortalecer la autonomía del estudiante, ya que lo involucra activamente en la mejora continua y lo motiva a asumir un papel más consciente en su proceso de aprendizaje.
Ejemplo en la práctica:
En una clase de Lengua y Literatura de noveno de básica, el docente asigna a los estudiantes la redacción de un ensayo argumentativo sobre el impacto de las redes sociales en los adolescentes. En lugar de calificar el ensayo final directamente, el docente organiza el proceso en varias fases:
Primera entrega (borrador): Los estudiantes presentan una versión preliminar. El docente revisa y proporciona retroalimentación específica sobre la estructura, coherencia, ortografía y argumentación.
Revisión y reescritura: Los estudiantes reflexionan sobre los comentarios, hacen ajustes y entregan una segunda versión del ensayo.
Segunda retroalimentación: El docente revisa nuevamente y da nuevas sugerencias, esta vez centradas en la profundidad de los argumentos y la claridad del lenguaje.
Versión final: Los estudiantes integran los aportes y entregan el trabajo terminado.
Este proceso cíclico y gradual permite a los estudiantes aprender de sus errores, fortalecer sus competencias escritas y sentirse acompañados en su desarrollo. La retroalimentación recursiva, en este caso, se convierte en una herramienta pedagógica fundamental para lograr un aprendizaje más profundo y significativa
Tu descripción de la retroalimentación recursiva es precisa y muy valiosa para la práctica educativa:
Proceso iterativo y formativo: resalta con claridad cómo este enfoque supera la retroalimentación puntual al convertirse en un ciclo continuo de revisión, ajuste y mejora progresiva.
Fortalece la metacognición y autonomía: al fomentar la autoevaluación, la reflexión sobre el propio desempeño y el aprendizaje desde los errores, empodera al estudiante como protagonista de su progreso.
Un ejemplo muy ilustrativo: el ensayo en Lengua y Literatura con entregas en borrador, retroalimentación específica, revisión y entrega final ejemplifica cómo la retroalimentación recursiva transforma el aprendizaje escrito y promueve mejora sustancial.
La investigación también respalda su efectividad: estudios como el de Barker y Pinard (2014) muestran que los ciclos iterativos de retroalimentación (entrega–feedback–ajuste–reentrega) mejoran significativamente el desempeño del estudiante, especialmente cuando se incluye diálogo entre tutor y alumnado